Los agro-combustibles de alcohol como
alternativa energética
Se denominan comúnmente biocombustibles
a la alternativa de producción de combustibles a partir de fósiles orgánicos,
es decir, a partir de materia orgánica denominada biomasa.
En el origen de la industria
automovilística, la energía motora provenía principalmente del alcohol y de la
electricidad. Sin embargo durante todo el desarrollo industrial del siglo XX se
mutó hacia el petróleo debido a su abundancia, su bajo costo de extracción y
procesamiento industrial, su alto contenido energético y la seguridad
geopolítica del abastecimiento. Las dos grandes crisis petroleras (1973 y 1978)[1]
y el nuevo rol económico y político de la OPEP, hicieron repensar a los grandes
fabricantes y países industrializados en el desarrollo de combustibles
alternativos.
Proalcool en Brasil:
Una de las primeras vías de
desarrollo alternativo provino de la fabricación de etanol en Brasil, con una
masiva inversión en la transformación de los motores de combustión del parque
automotriz local así como las fuentes de combustible a partir de la caña de
azúcar. El programa Proalcool,
promovió la fabricación de 5.6 millones de vehículos con motor a combustión en
base al alcohol hidratado[2]
y la sustitución de una fracción de la gasolina (entre 1.1% y 25% de su
volumen). Con este desarrollo se pudo substituir la importación de 550 millones
de barriles de petróleo y se creó un mercado industrial de varios millones de
dólares. El buen posicionamiento del resultado económico de este programa se
traduce el 2000 en una participación brasileña de 13% del mercado mundial de
combustibles de origen vegetal. Sin embargo, Brasil sacrificó las tierras
dedicadas al cultivo alimentario y de bosques naturales, propiciando un ritmo frenético
de desaparición de reservas naturales de carbono. El efecto de nulo impacto
medioambiental producido por el ciclo agrícola de la caña de azúcar (captura de
CO2 en el sembrío y emisión de CO2 en el combustible) comenzó a tener un
balance negativo debido a que se devastaron las reservas de CO2 almacenados en
las selvas brasileñas.
Debido al proceso básico de la
obtención del alcohol a partir del azúcar de la caña[3],
la fermentación también puede realizarse a partir de otros productos agrícolas
con alto contenido de azúcares, como el caso de la betarraga, la mandioca, el
sorgo, la yuca, la papa, el arroz, el maíz o el trigo.
Los “biocombustibles en el Perú”
A partir de la década del 2000,
el gobierno peruano busca promover las energías alternativas para disminuir la
petro-dependencia en el parque automotor. El año 2005, se publica el Reglamento
de la Ley de Promoción del mercado de biocombustibles[4],
con el objetivo de fomentar el desarrollo agropecuario y agroindustrial, y
disminuir los niveles de contaminación. En todo el texto del documento se
utiliza frecuentemente el término Biocombustibles e incluso se define como de
esta manera a los “productos químicos que se obtienen a partir de materias
primas de origen agropecuario, agroindustrial o de otra forma de biomasa y que
cumplen con las normas de calidad establecidas por las autoridades competentes
para su uso como carburantes”. En esta definición no se hace referencia a las
consecuencias por la transformación de bosques en tierras agrícolas, al uso intensivo
de monocultivos o a la competencia con la producción alimentaria.
En el artículo 6° del referido
decreto, se indica que las gasolinas contendrán 7.8% de alcohol y que en
adelante se llamarán “Gasolinas Ecológicas”, agregando en cada uno de los tipos
el sufijo E (por ejemplo, 97E, significa “gasolina
ecológica (sic) de 97 octanos”, con 92.2% de gasolina y 7.8% de
etanol).
Fig. 1. Afiche de
venta de gasolina con mezcla de etanol
La utilización del prefijo “bio”
o del adjetivo “ecológico” presupone un balance medioambiental y social positivo
luego del análisis de ciclo de vida (ACV) de estos productos. Bajo motores
equivalentes, las emisiones de contaminantes de estos combustibles agrícolas
son inferiores a los provenientes de los combustibles fósiles, tanto a nivel de
contaminantes globales (como el CO2 que contribuye al efecto invernadero) como
a contaminantes de nivel local (como los SO2, NOx, partículas volantes). Sin
embargo, la mayor carga ambiental proviene del uso previo de los terrenos a los
que estaban destinados los suelos agrícolas así como el uso del agua
disponible. En el caso de terrenos eriazos, el balance del ACV aparece
prometedor; en el caso del etanol de caña de azúcar las emisiones de carbono
equivalente (CO2 eq) constituyen el 80% de las emisiones de la gasolina de 97
octanos y es equivalente a las emisiones del gas natural. El cultivo del sorgo
puede producir etanol 50% más eficiente que el etanol de caña[5].
Sin embargo, el cambio de uso
agrícola o forestal para la producción de los combustibles agrícolas torna
rápidamente el balance como negativo, es decir, produce más emisiones de CO2eq
que los combustibles fósiles. El equilibrio es muy frágil y es determinante
para conocer si los combustibles agrícolas son “biocombustibles” o simplemente
“agrocombustibles”. La utilización indistinta del término biocombustible puede
constituir una práctica de “publicidad verde” (greenwashing[6]),
una práctica desleal que etiqueta a los productos como amigables
medioambientalmente sin haberse hecho una evaluación completa del ciclo de
vida.
En la evaluación de la migración
de la matriz energética vehicular hacia los agrocombustibles, deben
considerarse aspectos relevantes como la seguridad alimentaria de la población
en el uso del agua y del suelo, la protección de los bosques primarios y la
migración hacia combustibles de origen orgánico de segunda generación, es
decir, el aprovechamiento de la biomasa residual, como el caso del diesel
proveniente de las algas, de los desechos agrícolas o de los desechos urbanos.
[1]
Ruiz-Caro, Ariela. El papel de la OPEP en el comportamiento del mercado
petrolero internacional. CEPAL. Santiago de Chile, 2001.
[2]
PróAlcool - Programa Brasileiro de Álcool, http://www.biodieselbr.com/proalcool/pro-alcool/programa-etanol.htm
[3]
El proceso del alcohol parte de la fermentación del azúcar a partir de levadura
del género Saccharomyces.
[4]
Presidencia de la República del Perú. Decreto Supremo 013-2005-EM. Aprueban
Reglamento de la Ley de Promoción del Mercado de Biocombustibles. 30 de marzo
del 2005. MINEM, Perú.
[5]
Quispe Trinidad, Isabel et al. Análisis de ciclo de vida de los biocombustibles
producidos en el Perú. Holística, Revista de Ing. Industrial PUCP. Número 8 –
Agosto 2012. Lima – Perú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario